jueves, 29 de mayo de 2014

Escultores hondureños - ALEX GEOVANNY GALO

Alex Geovanny Galo Gómez, Tegucigalpa, 10 de abril 1972. Maestro en Artes Plásticas, Escuela Nacional de Bellas Artes, Comayagüela. Vive y trabaja en Tegucigalpa.


Galo y su escultura que se queda en el alma, 
Alex Galo no tardó mucho en descubrir su vocación de artista, y a los 14 años ya recibía cursos con el pintor Rony Castillo, después ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes de donde egresó hace 22 años.La obra de Galo, a consideración del crítico de arte Carlos Lanza, al espectador “se le queda en el alma”. El escultor muestra una gran predilección hacia el barro, con el que ha creado obras con una gran expresividad, estéticamente impecables y conceptualmente ricas. 

Al hacer una escultura Galo prefiere irse directamente al material, “enfrentarme con él me permite descubrir cosas, y la expresividad misma del barro me permite trabajar sin diseño en el caso de la escultura”. Para el artista la escultura, a diferencia de la pintura, rompe límites espaciales, y permite “involucrar al observador en torno y dentro de la escultura, entonces es diferente el planteamiento”.Alex tiene como objetivo en su obra que el concepto no solo quede en la inmediatez, sino que sea poseedor de meta-relatos. 

En su obra tiene preferencia por la representación del perro flaco y “aguacatero”, que al final es solo una excusa porque este podría estar ligado al ser humano o a la problemática social, “entonces los componentes conceptuales de la escultura son estos, una línea estética que debe ser preponderante, nunca descuidar el tema estético porque por más que quiera decir cosas si las digo mal en términos de elaboración entonces no estoy haciendo nada, y mejor me dedico a otra cosa que no sea arte”. 
En relación a la sociedad, Galo alimenta su obra de lo que le rodea y vive, “me enriquezco de lo que hay aquí, porque sí hay riqueza. La pobreza es una gran riqueza, los problemas son una gran riqueza, no los queremos, pero creo que me sentiría peor pintando bodegones o pintando florecitas”.

“El día que un artista deja de buscar su obra muere”
La escultura siempre ha tenido sus limitaciones, y ha estado al margen de la pintura”, expresó Adonay Navarro. No obstante, él es uno de los artistas que se ha mantenido constante y ha hecho de la escultura su oficio permanente.Su obra siempre ha estado enfocada en la naturaleza. Al inicio le inquietaba el tema de la deforestación, después los temas indigenistas, especialmente los lencas, ahora su obra es una crítica hacia la minería a cielo abierto.El escultor expresó que en este momento su trabajo está en un periodo de transición, y la serie Fossilis Modernus es una muestra de ello. “Mi búsqueda como artista a nivel personal es la tranquilidad, 

busco la paz, y la obra debe ser eso...Estoy tratando de llevar mi obra a espacios no comunes, pero eso lleva tiempo”, expresó Adonay, quien considera que cuando un artista deja de buscar y experimentar “ese día su obra muere, deja de evolucionar”.El escultor es de los que no se limitan ante la “falta” de materiales u oportunidades, “no hay limitaciones para nada, material aquí sobra, un pedazo de árbol o de madera en cualquier esquina se consigue, ¿y con qué lo tallo? Antes de llegar a Bellas Artes yo tallaba madera con un cuchillo. Para trabajar terracota lo que se ocupan son las manos y un pedazo de barro”.

Fuente: El Heraldo

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